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Eco parte 5: Verónica Daniela Cerrotta

Verónica Daniela Cerrotta es una artista Argentina cuyo trabajo tuve el placer de conocer gracias a varios amigos en Buenos Aires. No dudé en entrevistarla para Eco y así conocer más en detalle sobre su práctica son sonido.

P. ¿Cómo y cuando te encuentras con el sonido como un campo para desarrollar tus inquietudes artísticas?

R. Mis primeros encuentros con el sonido se dieron siendo muy chica. A los 10 años empecé a ir a clases de piano, y ya por aquel entonces me gustaba escribir melodías e improvisar mientras estudiaba las “lecciones”. También jugaba con mis hermanas a hacer  programas de radio que grabábamos en cassettes; inventábamos canciones, entrevistas, hacíamos diferentes voces para interpretar a los entrevistados, y pasábamos música. Fue una época muy productiva en cuanto a exploración ya que era todo muy lúdico y creo que fue  ese el momento en que se gestó mi relación con lo sonoro, porque luego, cuando estudié música de manera formal no sentí que este fuera un lugar donde desarrollar mis inquietudes artísticas, de hecho me sentía muy frustrada. No me sentía identificada con la música clásica ni con el tocar leyendo una partitura además de que no se creaba! Así que me pasé a las artes visuales, ya que también dibujaba mucho. Y ahí se abrió un mundo en relación a la creación.

Comencé dibujando “partituras” con líneas de diferentes colores o valores, para indicar alturas, ritmos, duraciones, que  ubicaba en el espacio de la hoja, pensándolo como un espacio matemático y físico. También utilizaba fragmentos de algunas partituras que  sabía que no iba a volver a tocar para hacer grabados, collages o serigrafías. O realizaba cortes en papeles de diferentes materiales para producir sonidos. Y si bien fue un acercamiento más pictórico que sonoro, estaba en mí la idea de unir, de alguna manera, música y plástica.

Años más tarde, un amigo me visitó con un grabador portátil, chiquito, de esos que usan los periodistas y me fascinó! Eso fue hace unos 5 años y a partir de ese entonces empecé a realizar grabaciones de campo, sin saber todavía que existía ese término y esa práctica. Y esa práctica fue justamente la que me trajo hasta acá. Empecé a investigar mucho, realicé  talleres que iban apareciendo, leí a muchos compositores, artistas y pedagogos contemporáneos, aprendí a usar programas de edición, salí a escuchar música experimental, noise, improvisaciones, me hice nuevos amigos con inquietudes similares a las mías y todo esto, fue haciendo que comprendiera más cual era mi búsqueda y que se fuera revelando para mi, el campo disciplinar. Lo que antes veía como “unir visuales y música” de repente se convirtió en una práctica sonora que considero muy plástica y muy amplia, con límites que se expanden cada vez más y  que me permite desarrollar, felizmente, mis inquietudes artísticas.

P. Desde tu experiencia: ¿Como sientes que la problemática de género se refleja en el arte sonoro? ¿Sientes que hay alguna predominancia en particular? De ser así, ¿Has visto esto como una ventaja, desventaja o crees que no tiene ninguna influencia?

R. Lo que creo que sucede es que hay muchas mujeres haciendo arte sonoro y música experimental y   probando nuevas tecnologías y también hay muchas mujeres haciendo, en otros ámbitos y en otros contextos. Y creo que esto pasa porque este es un momento en  que la mujer está reivindicando con más fuerza sus espacios y sus derechos. Cada vez hay más mujeres saliéndose de los roles que siempre han sido reservados para nosotras, haciendo lo que tenemos ganas de hacer y peleando por ello.  Es una lucha que viene hace tiempo, siempre hubo mujeres relacionadas al arte pero eran menos en relación a los hombres y no tenían la misma visibilidad ni las mismas posibilidades que tenían éstos.

Y también hay muchos hombres haciendo arte sonoro, y éste que es un campo relativamente nuevo,   se encuentra en un tiempo histórico con un gran avance del feminismo, lo cual permite esta nueva mirada sobre  la mujer.

Y la ventaja que puede llegar a tener es que de repente se hagan investigaciones sobre mujeres que trabajan con sonido, programas dedicados a sus obras, compilados, etc. generando entonces más lugares para la producción exclusivamente femenina, que ya es un recorte en el que quedo incluida.

P. A veces la relación entre lo que un artista lee, investiga, come, mira y oye, y la obra que produce se da de manera deliberada, mientras que otras veces esta relación se da de manera más sutil e incluso inconsciente. ¿Cómo sientes tu esta relación en tu trabajo?

R. Por lo general suelo andar con la  la grabadora encima y cuando algo me parece atractivo lo grabo.  Después escucho, edito y clasifico lo que grabé. También en el día a día, toco el piano, leo, escribo y hago un montón de otras cosas. Algo así como una rutina. A veces, ya en esta etapa se me ocurre que hacer con lo que escucho. Si eso no pasa, por lo menos fui  recolectando y produciendo material, hasta que en algún momento se me aparece una idea clara sobre algo que quiero hacer y ya enseguida se como voy a hacerlo. Es una cuestión de relacionar una cosa con otra, algo así como que la idea se presenta completa y ahí me pongo a trabajar en algo en concreto, porque se que sonidos  o materiales utilizar para generar lo que quiero, o se de que manera voy a trabajar para hacer que aparezca lo que imagino. Y ese “saber que hacer”, creo que se desprende de procesos, que tienen lugar en el tiempo que transcurre hasta que aparece una idea clara y el modo de trabajarla, y no están directamente vinculados a la producción, sino  más bien relacionados al pensamiento, a la reflexión acerca de la práctica, a la forma en que me relaciono con el material y con los dispositivos que voy incorporando para experimentar, a las fichas que me caen mientras leo y escucho a otros artistas o durante alguna práctica corporal que realice. Y es en estos momentos donde van madurando los aprendizajes, por eso digo que luego  “se” de que manera trabajar para materializar una idea .

P. Cómo se articulan en tu trabajo los siguientes aspectos de la práctica estética sonora:

a) La inmediatez y lo presencial de lo performativo en los conciertos.
b) El aislamiento y el retiro a los que puede llevar el proceso de composición.
c) Lo objetual y espacial de la instalación o escultura sonora exhibida.

R. A mi me gusta pasar tiempo sola y  puedo estar mucho tiempo en silencio sin que me de cuenta. ¡Hago de todo!  y de hecho es un espacio que necesito de manera vital. Es en ese tiempo en los que creo. ¡Si hay alguien más me distraigo! ¡O sea que me llevo muy bien con la solitariedad! Busco estar sola para componer.  No lo veo como un aislamiento negativo, sino como un momento de concentración conmigo misma y con lo que quiero hacer.

A su vez el “vivo” me parece que es el momento que complementa al anterior. Es la oportunidad para compartir todo eso que aparece cuando estoy sola. Además es el momento en  que se pone en juego el cuerpo y eso está buenísimo porque te sitúa en el presente. Te ubica en relación a vos y a los demás, a lo que estas haciendo y a la escucha, que cambia sustancialmente en cuanto hay otros que escuchan.

En relación con lo espacial y objetual, creo que son esas posibilidades justamente las que vuelven “plástica” la experiencia sonora y amplían el campo de experimentación con el sonido, porque empezás a pensar en  procedimientos que están originalmente asociados a otras disciplinas, volviendo también más flexible al pensamiento; pensás una cosa con la lógica de otra. Y eso, creo, enriquece la experiencia y a las personas en general.

P. ¿Crees que ser mujer trabajando con arte y sonido en Latinoamérica influencia de alguna manera tu creación? De ser así: ¿Cómo se da esta influencia?

R. Creo que la influencia más fuerte se da en relación al canto y es también  conceptual. Me interesa la relación de la mujer con la voz en las culturas precolombinas y ancestrales, de cualquier lugar del mundo en verdad y creo que Latinoamérica es un lugar lleno de esa  función mágica que tiene a la música en general y al canto en particular como medio de expresión.. Y la mujer estaba presente en esas funciones. Sus diversos usos, su lenguaje prelingúístico, la forma de emisión, el ser parte de un ritual más grande que lo contiene. Y  tomo mucho de eso a la hora de abordar mi propio canto.

Q. En el arte sonoro las colaboraciones entre artistas son muy comunes ¿Has trabajado con otros artistas? ¿Que nos puedes contar sobre esta experiencia?

R. Recurro mucho a la colaboración. Primero he encontrado mucha generosidad y apoyo. Me acerqué varias veces a distintas personas pidiendo ayuda! Y tuve respuestas muy amables. Aprendí mucho gracias a lo que me han brindado. Y ese aprendizaje, directamente del otro es muy eficaz. En el sentido de que vas preguntando dudas puntuales o teniendo que resolver cosas técnicas muy particulares y aprendes eso, no otra cosa que tal vez te sirva en otro momento. Además que aprendes viendo al otro. Las formas de trabajar que tiene cada uno son muy personales y eso me ha ayudado a encontrar también mi manera de trabajar, viendo que no había que hacer las cosas de una manera, sino que había mucha libertad en cada persona a la hora de relacionarse con el material.

También por ejemplo han colaborado artistas poniendo su voz, sus sonidos o sus efectos, a pedidos muy puntuales que les he hecho y eso es una huella increíble del otro en tu obra, que deja de ser “tu” obra para pasar a ser nuestra!  También trabajé en grupo alguna vez y es otra experiencia que siento que me aportó mucho, ya que suelo trabajar más en solitario. Lo colectivo genera un tipo de pensamiento, una mirada y una producción que de otra manera no sería posible. Me ha pasado de creer  tener una idea re clara o estar con algo en la cabeza y querer hacer eso o eso y cuando lo comparto creyendo que va a ser La Idea, me encuentro con que a las otras personas tal vez no le parece tan buena o piensan que puede funcionar de otra manera o tienen otras ideas que no tienen nada que ver con la mía,  entonces en ese trabajo de consenso, de exposición, de intercambio, se van modificando todas las ideas y van apareciendo otras nuevas. El otro aporta una mirada que una no tiene, y eso para mi es muy enriquecedor, porque amplía mi propia visión y porque compartir procesos es una experiencia muy linda.

P. ¿Hay algún trabajo o proyecto tuyo en particular del que te gustaría hablar?

Actualmente estoy armando “sets” para tocarlos en vivo. Utilizo el programa Ableton Live como plataforma para visualizar las grabaciones que elijo para cada uno.  Esta es una instancia bien deliberada en la cual armo cada sesión con alguna característica determinada. Algunos se centran más en la voz que recita, habla, dialoga. En otros, las voces aparecen a modo de mantras; “vocalizaciones” larguísimas que hacemos junto con un amigo performer, que grabamos y luego pasan a formar parte de algún set. Utilizo también voces de animales (sapos, grillos,chicharras, perros, etc.) y de niños.  Hay otros sets que son más abstractos, con sonidos más abstractos también, que encuentro por lo general en la calle, asociados a máquinas, o que consigo modificándolos. Toda esta primer etapa se complementa con la segunda, que es la de la performance o el concierto en si mismo. En esta segunda instancia, a partir de la improvisación en la ejecución y la manipulación sonora en vivo, se van tejiendo texturas y configurando nuevos sentidos. Podría decir que es un proyecto de  conciertos de paisajes y poesía sonora.

www.veronicadaniela.bandcamp.com