El compositor y comandante del sello ROOM40, Lawrence English, ha publicado en FACT una interesante retrospectiva del ambient como género, estética, filosofía, etc, incluyendo al final un bello manifiesto titulado «12 notas para el ambient futuro». Lo hemos traducido al Español en ( oasis ):
12 notas para el ambient futuro:
El ambient es una música de momentos vividos.
El ambient reconoce que el control debe olvidarse con respecto a como la música es encontrada (mas no como está compuesta).
El ambient es discreto experiencialmente, aunque no musicalmente.
El ambient reconoce el engaño que es la promesa de la repetición.
El ambient nunca es solo música para el escapismo. Es una zona de participación en la búsqueda de una audiencia musical que reconoce los valores potenciales del sonido en esferas más amplias (social, política, cultural, etc.). Es una liberación, una apertura y una profundización, simultáneamente.
El ambient pulsa; lleva su curso. El ritmo es un raro amigo de esta música.
El ambient nunca es solo música. Es una confluencia de sonido, situación y escucha; además, es un contrato tácito entre el creador, el oyente y el lugar, en busca de lograr un tipo específico de experiencia musical.
El ambient se trata de la primacía de la escucha (para el público y el creador). La música y los espacios y lugares (interiores y exteriores) que ocupa son cruciales para la forma en que se aprecia, se comprende y se consume.
El ambient es trascendente pero no busca un plano más elevado. No es música de la nueva era. Más bien la trascendencia de la música ambient está dentro de nosotros y nos invita a profundizar en la experiencia vivida de lo cotidiano.
El ambient nunca es documentación de algún lugar o en algún momento. En cambio, crea un lugar individuado, impresionista e imaginario. Se realiza en medio de nuestro yo interno y externo.
El ambient es una música de perspectivas. Nunca es completamente cognoscible, ya que la música se filtra entre las perspectivas (micro y macro) y las dimensiones de la escucha constantemente. Mantiene una sensación de lo misterioso (como señaló Mark Fisher).
El ambient es amigo del ruido, del volumen y la fisicalidad. Sin embargo, es un enemigo del dinamismo no calculado.
El ambient nunca termina. Es un proceso experiencial de devenir – para oyentes, creadores y más ampliamente como una filosofía musical.