///

Cuidado, Se Escucha

A*DESK publicó hace unos meses un interesante número de su revista digital llamado «Cuidado, Se Escucha«, editada por Albert Alcoz y dedicada a reflexionar sobre la escucha desde varios autores.

Cerrar los ojos y escuchar son dos gestos no correlativos. A menudo deberían serlo. La sobreestimulación visual y la demanda continua de verificación ocular, propiciada por las pantallas de los aparatos digitales, convierte la escucha atenta –sin la mediación del ojo– en un imposible. El ocularcentrismo también evidencia esta perspectiva. Sin embargo, dejar de mirar agudiza los demás sentidos. Privar la vista afina el oído. Escuchar sin ver puede ser una acción totalmente enriquecedora, siempre que se trate de una acción autoconsciente e intermitente. Fomenta una actitud auditiva pro-activa focalizada en la experiencia estética. Pero prestar atención a las vibraciones sonoras sucedidas a nuestro alrededor también es un acto de coraje. En numerosas ocasiones uno preferiría taparse los oídos bien fuerte y con la misma eficacia con la que cierra los párpados. En cualquier escenario urbano lastimado permanentemente por el ruido ensordecedor del vehículo privado uno desearía bloquear el alcance de sus ondas sonoras. La posibilidad de dejar de escuchar situaciones adversas y la predisposición a escuchar sutilezas prácticamente imperceptibles son dos anhelos que vehiculan las diferentes colaboraciones textuales de este mes.

“Cuidado, se escucha” es un enunciado que deriva de la traducción al inglés de la noción de escucha atenta. Listen carefully es un concepto cuyo adverbio incorpora matices relativos al cuidado y la precaución. A lo largo del mes de octubre de 2019, en mi propuesta como editor invitado de A*Desk, se convocan razonamientos teóricos e intervenciones artísticas que invitan a pensar la escucha. Las diferentes contribuciones proponen reflexiones políticas, estéticas y divulgativas en las que se infiltra el debate sobre la musicalidad. La apreciación auditiva, en un momento histórico caracterizado por la ubicuidad musical tras la desmaterialización de sus soportes, permite colocar la audiencia y sus oídos en el centro del debate.

En su escrito preliminar la teórica Carmen Pardo Salgado se detiene en el cilindro de cera del fonógrafo de Thomas Edison, la oreja del pintor Vincent Van Gogh y el proyecto sonoro Surround Me: A Song Cycle for the City of London (2010-2011) de la artista escocesa Susan Philipsz para articular un ensayo que, en términos auditivos, defiende la “distracción” como “medida de protección”. Promover “otro tempo en el oído del oyente” es una de las conclusiones que suscita un análisis conspicuo sobre la auralidad en la ciudad global.

El músico y artista visual Arnau Sala Saez investiga las formas difusas de la fenomenología entóptica para elaborar un proyecto artístico desplegado a través de tres ejes: unas grabaciones sonoras distribuidas en seis secciones, un conjunto de composiciones gráficas de naturaleza abstracta y un texto explicativo que argumenta la exploración física del fenómeno, así como el proceso de creación establecido. Las piezas sonoras resultantes dibujan microsonidos electrónicos que esbozan texturas sintéticas trazando escenarios auditivos imaginarios.

Shak Benavides explica la experiencia que supone dirigir TeslaFM, una emisora de radio centrada en una labor encomiable: difundir las prácticas musicales de raíz experimental. Electroacústica, electrónica de vanguardia y arte sonoro son algunos de los ámbitos tratados por un medio radiofónico que emite tanto las grabaciones espectrales del siglo XIX como los artefactos musicales más insospechados de la actualidad. Su amplísimo bagaje musical también se manifiesta a través de su ecléctica labor como Dj Shak y la exploración hauntológica que es Lucius Works Here.

Sam Roig, director del proyecto sonoro L’Ull Cec, se pregunta dónde está la música. Para hacerlo organiza series de interrogantes estructuradas en función de parámetros específicos que a priori servirían para vislumbrar la localización de la misma. Cuestionando la interpretación, la sonoridad, el silencio, la escucha, el soporte físico y la partitura el texto indaga en las múltiples dudas ontológicas que suscita la música. “¿Qué diferencia hay entre pensarla, escucharla y recordarla?” es una de las cuestiones clave de una reflexión que interpela la evocación y la ilusión en clave coclear.

Estas valiosas contribuciones respecto a las connotaciones estéticas e ideológicas de la escucha pueden ampliarse mediante el seguimiento de las propuestas teóricas y artísticas –pasadas y futuras– de cada uno de sus colaboradores. Del mismo modo se recomienda prestar atención a la exposición ¿Arte sonoro? comisariada por Arnau Horta (Fundació Miró de Barcelona, 2019), la compilación de textos Escucha, por favor editada por José Luis Espejo (Madrid: EXIT, 2019), la serie de vinilos del proyecto artístico LEVE (coordinado por Esperanza Collado y Rafael Martín del Pozo desde 2011 y la revista inglesa The Wire, una fuente inagotable de artículos a auscultar.

Textos completos en A*DESK

Vía mediateletipos

Miguel Isaza M

Cosa oyente y parlante.